lunes, 7 de noviembre de 2011

Ética Periodistica

En la actualidad la ética en el periodismo juega un papel  crucial en la credibilidad del periodista, ya que son tantos los casos presentados en nuestra sociedad que pueden dejar entre dicho la realidad de los hechos y la verdadera labor del periodista. Por esto en la actualidad  son numerosas las conferencias e investigaciones acerca de la credibilidad de los medios noticiosos, un aspecto ineludible de la sociedad moderna y cuya credibilidad se encuentra en entredicho. Los mismos profesionales del periodismo no cesan de escribir artículos y libros  sobre la ética de la profesión, con lo que colaboran a informar abiertamente sobre el deprimente estado de su imagen pública.



Esta circunstancia puede relacionarse con una conciencia cada vez mayor del público del poder de los medios noticiosos en las vidas de las personas. En este mundo de finales del siglo XX, con sus nuevas tecnologías y misteriosa economía global la moral se encuentra suspendida de una cuerda bastante floja. La iglesia, la familia y el matrimonio han perdido su arraigo en los corazones de la gente y las espantosas realidades de las que nos informan ineludiblemente la televisión, la radio o la prensa escrita lastiman y, cuando menos, incomodan la sensibilidad de las personas. En permanente conflicto con la obligación de retransmitir la verdad, la ética en los medios de comunicación debe también de ser abordada por los receptores de la información, pues nada obliga al ciudadano a mostrar férrea credibilidad, y mucho menos atención, a todo cuanto se le ofrece en los medios, habiendo todavía un mínimo de libertad en gustos y preocupaciones ,
De cualquier modo, y al igual que todo lo que se sustenta en una gran industria, existen numerosas pruebas evidentes como para identificar las influencias de la organización del medio sobre los periodistas y así analizar la epistemología del periodismo en busca de factores que pudieran explicar los límites a su papel de cronista de la verdad útil y de la realidad misma. Incluso el periodismo con mayor consideración de objetividad tiene grandes influencias de los valores de la ocupación y de la sociedad, sin poder tachársele de parcial, subjetivo o tendencioso. El contexto social, económico y cultural es un factor ineludible a la hora de la selección de las noticias y su modo de interpretarlas y cualquier tipo de visión fuera de éste resulta completamente subjetivo. La misma profesión del periodismo, pragmática y materialista, no acoge con agrado la tarea de definir la ética de la profesión, algo que puede perderse fácilmente por derroteros abstractos. Con esto se pretende dejar claro desde un principio que la búsqueda de una ética para el periodismo no es tarea fácil y que la mayoría de los autores consultados, salvo en aquellos puntos relativos a un derecho “natural e intuitivo”, discrepan en su modo de enfocar el asunto

Claro está que aplicar un periodismo ético y correcto puede resultar negativo para los intereses de la sociedad,  en general, está comprobado que muchos de los periodistas de hoy en día cambian la ética y credibilidad de su trabajo por unos cuantos pesos, terminando así   por agredir su honor, integridad y credibilidad, que son las bases para ,construir una carrera periodística con ética, esta de mas decir, que una vez que estos factores han sido alterados, dañados y corrompidos  un periodista pierde voz y voto en la sociedad.
La credibilidad y veracidad son dos factores que van de la mano, por ejemplo, en mas de una ocasión periodistas internacionales han perdido su carrera por uno solo mentira, así sea un articulo o notica falsos o basados en datos no reales o sugestionados, es ahí don entendemos que la ética juega su papel principal, ahí radica lo delicado de esta labor periodística.
En el ámbito de la comunicación y en especial, en la disciplina periodística, existen muchas prácticas, motivo de atención por sus implicaciones con la ética. Y esto es así por las relaciones que tienen quienes se ejercitan en este oficio con políticos, funcionarios, empresarios, organizaciones, autoridades policivas, deportistas, hombres de letra, funcionarios de instrucción y jueces.

Ellos y otros tienen un mensaje, una idea, una información que dar al resto de la sociedad a través de los medios de comunicación. Los periodistas convierten estos mensajes en textos sociales que en cualquier dimensión —escrita o audiovisual— van a expresar los intereses de aquellos con su propio énfasis, entonación, virulencia o percepción de la realidad en que se involucran.

Esto implica que el periodista tenga una noción clara de que su quehacer descanse sobre una base ética, pues, el producto final de su texto noticioso, de su opinión, de su reportaje, afectará a un conjunto de personas que asumirá una actitud, percibirá una determinada perspectiva; hasta responderá con un cierto nivel de entusiasmo o aprensión, pues se sentirá afectado por lo que lee, escucha o ve.

A veces, los contratiempos éticos tienen esa apariencia, detrás de la sonrisa complaciente, la posibilidad de mordedura; unas manos metálicamente frías para la dádiva; pero unas alas que, a pesar de estar revestidas del brillante metal, impiden ascender con facilidad, porque las acciones indignas pesan demasiado sobre las espaldas.

Acudir a tantas “fuentes” en busca de información puede tentar a quien no tenga una sólida formación en los valores. Sobre todo, si se piensa en que quien solicita un favor, le pone o negocia un precio.

Este es uno de los temas que poco se incluye en los círculos donde se debate la ética, sobre todo porque es un escenario donde nadie quiere tirar la primera piedra, pues no se sabe hasta dónde se deslice ella, en la superficie de un espejo de agua tan turbio
Los principios éticos son criterios o valores que orientan las acciones que realizamos y las decisiones que tomamos, que han sido aprendidos a través de la relación con la familia, el entorno social y la educación, y que son incorporados por cada persona, porque apuntan a su humanización y a la de la sociedad en que vive.

Los principios éticos se clasifican en:
-         Principio de beneficencia, del logro de las metas propuestas.
-         Principio de dignidad o respeto hacia las personas.
-         Principio de justicia.
-         Principio de no hacer mal a nadie.  

Estos principios éticos, aplicados a la profesión periodística, se ven tremendamente afectados cuando los medios de comunicación son manejados como un negocio más y no como un bien para la sociedad, cuando los contenidos que se muestran apuntan a vender más y en realidad no aportan nada.

Un área muy de moda dentro del periodismo es la farándula u opinología, en que la mayoría de las veces no existe una investigación acerca de los temas que se tratan, no existe una responsabilidad al informar, además las noticias presentadas carecen de profundidad y son irrelevantes para la sociedad, el objetivo no es llegar a la verdad, sino que obtener más dinero.

Estos personajes que se hacen llamar “opinólogos”, pretenden dar una cátedra acerca de lo que es la moral, de lo que está bien o mal en la vida de otros, de acuerdo a sus propia forma de pensar, exigiendo explicaciones sobre sus acciones, pero cuando ellos se ven envueltos en situaciones incómodas se hacen los desentendidos y no responden a las críticas o preguntas que otros opinólogos les hacen.

Los medios apelan a que ésta es la información que le importa a la mayor parte de la población, porque las portadas sobre los escándalos amorosos de los famosos venden, al igual como las crudas imágenes que grafican grandes tragedias o episodios violentos suben el rating, olvidándose de las personas víctimas de estos hechos, de su sufrimiento y del derecho a resguardar su intimidad.

 La ética periodística es violada cuando no es respetado el compromiso de confidencialidad con una fuente, cuando se cita a “fuentes confidenciales” sin dar nombres, cuando no se anuncia previamente que la información puede ser perjudicial para ciertos sectores de la población, cuando no se protege a menores de edad involucrados en delitos o procesos judiciales, cuando se recurre al soborno para obtener información y cuando se presentan otras situaciones complicadas, cuya resolución queda únicamente al criterio de los periodistas o de los medios.

La ética es, sin lugar a dudas, una herramienta esencial con la que el periodista debe trabajar, con el fin de proyectar y enviar una imagen de credibilidad a la hora de emitir un juicio. Es por ello que, En el desarrollo de sus actividades, el periodista tiene derechos, pero igualmente obligaciones. El siguiente código es e obligatorio cumplimiento en todos los países democráticos del mundo por la totalidad de periodistas íntegros. La tarea primordial del periodista es la de servir el derecho a una información verídica y auténtica por la adhesión honesta a la realidad objetiva, situando conscientemente los hechos en su contexto adecuado.
En el periodismo, la información se comprende como un bien social, y no como un simple producto. Esto significa que el periodista comparte la responsabilidad de la información transmitida. El periodista es, por tanto, responsable no sólo frente a los que dominan los medios de comunicación, sino, en último énfasis, frente al gran público, tomando en cuenta la diversidad de los intereses sociales.
Por Ética periodística podemos entender el pensamiento y la manera de actuar, dentro de la moral, de adhesión a la verdad, a la equidad, al respeto por la dignidad humana en sociedad, no en forma aislada y la búsqueda del desarrollo común en el manejo de la información. La Ética es la disciplina que está más próxima a la vida. Es la filosofía práctica y es la que debe tener imbuida en su conciencia todo periodista que se considere probo. Y que mediante su acción, ésta a su vez es irrevocable; como dice un proverbio árabe.
Según las investigaciones, en la actualidad son numerosas las conferencias e investigaciones acerca de la credibilidad de los medios noticiosos, un aspecto que no podemos obviar dentro de la sociedad moderna y cuya credibilidad se encuentra en entredicho. Los mismos profesionales del periodismo no cesan de escribir artículos y libros sobre la ética periodística, con lo que colaboran a informar abiertamente sobre el deprimente estado de su imagen pública.
Esta circunstancia puede relacionarse con una conciencia cada vez mayor del público del poder de los medios noticiosos en las vidas de las personas. En este mundo de finales del siglo XX, con sus nuevas tecnologías y misteriosa economía global la moral se encuentra suspendida de una cuerda bastante floja.
La iglesia, la familia y el matrimonio han perdido su arraigo en los corazones de la gente y las espantosas realidades de las que nos informan ineludiblemente la televisión, la radio o la prensa escrita lastiman y, cuando menos, incomodan la sensibilidad de las personas. En permanente conflicto con la obligación de retransmitir la verdad, la ética en los medios de comunicación debe también de ser abordada por los receptores de la información, pues nada obliga al ciudadano a mostrar férrea credibilidad, y mucho menos atención, a todo cuanto se le ofrece en los medios, habiendo todavía un mínimo de libertad en gustos y preocupaciones .
De cualquier modo, y al igual que todo cuanto se sustenta en una gran industria, existen numerosas pruebas evidentes como para identificar las influencias de la organización del medio sobre los periodistas y así analizar la teoría del periodismo en busca de factores que pudieran explicar los límites a su papel de cronista de la verdad útil y de la realidad misma.
Incluso el periodismo con mayor consideración de objetividad tiene grandes influencias de los valores de la ocupación y de la sociedad, sin poder tachársele de parcial, subjetivo o tendencioso.
El contexto social, económico y cultural es un factor ineludible a la hora de la selección de las noticias y su modo de interpretarlas y cualquier tipo de visión fuera de éste resulta completamente utópico. La misma profesión del periodismo, pragmática y materialista, no acoge con agrado la tarea de definir la ética de la profesión, algo que puede perderse fácilmente por derroteros abstractos. Con esto se pretende dejar claro desde un principio que la búsqueda de una ética para el periodismo no es tarea fácil.
Como ya comentábamos anteriormente, las noticias transmiten de manera regular, puntual y monótona listas de peligros, desastres, faltas y anulaciones que con frecuencia provocan dolor, desilusión y un frustrante sentimiento de impotencia individual. El dilema aparece cuando estos acontecimientos son los de mayor relevancia en la realidad de la sociedad y bajo qué criterios han de ser seleccionados los hechos clasificables como “noticias”. Nos sale así un permanente ciclo en el que un acontecimiento es noticia si y sólo si estaba emparentado con otros hechos noticiosos.

La Ética es una parte de la filosofía que orienta, que guía al periodista a determinar que es correcto y que no es correcto, además de imponer una responsabilidad que sólo podremos soportar si poseemos una idea de la esencia de la moralidad y sobre todo de una conciencia proba. Podemos decir que la Ética nace desde el hogar, de la familia, la escuela, la Universidad y es en esta época en donde se debe redoblar la enseñanza, el buen ejemplo, en los valores morales, a fin de reconstruir la sociedad que tiende a desintegrarse moralmente y en donde ideas, pensamientos, acciones nada morales ni cristianas tratan de controlar a los hombres.

La Ética tiene que ver con el pensamiento y las acciones de los hombres, acciones determinadas por su modo de pensar, de actuar, por la influencia de su carácter, y en la profesión del periodismo, no es la excepción. Cuando un periodista ejerce sus funciones debe llevar consigo, como protección, la ética en aras de mantener la credibilidad ante el público, para así poder tener potestad a la hora de dar su opinión de un tema específico.

Lo más importante que puede tener un periodista es la pluralidad, la verticalidad, teniendo como objetivo principal un accionar, no sólo de principalía ante los demás sino de respeto, de admiración, sin perder de vista la responsabilidad que éste está obligado a demostrar.
Cuando un periodista actúa en el ejercicio de sus funciones sin pensar en la ética, es probable que le dé un bledo el pensar de los demás, sobre todo cuando tomamos en cuenta la forma de cómo tratar los temas.
Los medios de comunicación juegan un papel de suma importancia al momento de presentar un acontecimiento o evento, sin importar la magnitud, por lo que quienes los componen (los periodistas) deben manejarse con la cautela requerida.

Cuando el profesional de la comunicación o periodista trabaja apegado a la ética, establece una diferencia entre los demás, llevando con ella, inclusive, tranquilidad al que lo lee, lo ve o lo escucha. Ningún profesional del periodismo logra calar en buena lid en la sociedad sin llevar consigo la ética, la transparencia y la verticalidad, mucho menos cuando se trata de un público tan exigente como el que recibe informaciones.

El periodista debe hacer la ética inherente a él, hacerla suya, sin desmedro de los ciudadanos, tratando con pulcritud los análisis o investigaciones que le corresponda en la coyuntura que sea. La ética se traslada al periodismo, y el periodista por lectura, formación superior universitaria, reflexión, tiene la responsabilidad espiritual, moral, de ser el que orienta, educa al lector y por lo tanto debe estar imbuido de calidad moral, de información para el bien, para el desarrollo de la sociedad en valores y no ser mercantilista del sensacionalismo, del voyerismo, del oportunismo para sacar provecho para si mismo en forma inmoral o para el grupo al cual representa.
En síntesis podemos decir que el la ética va de la mano con la formación del individuo como tal, desde la concepción del mismo, de lo más recóndito de su formación familiar,  es la ética quien  define la calidad profesional que puede tener un periodista como en este caso estamos analizando, un periodista que no tenga como norte la ética está destinado a ser una estrella fugaz en el competitivo mundo de la comunicación, ya que esta representa una parte muy sutil y delicada de un ser humano en el mundo profesional, como mencionamos con anterioridad son muchos los casos de periodistas que pierden la ética por el sensacionalismo o prensa amarillista son muchos los que se venden por unos cuantos pesos  y por experimentar la sensación de la fama. La ética es una de las principales ramas de la filosofía, en tanto requiere de la reflexión y de la argumentación, este campo es el conjunto de valoraciones generales de los seres humanos que viven en sociedad.

Siendo la ética casi un estilo de vida una forma de actuar de la mano de las buenas costumbres es indiscutible que tenerla como un norte en la vida de nosotros los humanos garantiza un éxito total y rotundo ya que esta rama de la filosofía pregona hacer las cosas bien y en armonía buscando la equidad y la justicia entre las personas que conviven dentro de una sociedad, es por ello que vemos la diferencia entre un mediocre a nivel personal y profesional, una persona que práctica la ética en su vida goza de un equilibrio interior que es reflejado en su desempeño cotidiano y por el contrario aquel que no tiende alejar a los que están en su alrededor con su mala energía y su mala práctica profesional.
En el caso del periodismo esta noble profesión cuenta con un código el cual procura un acercamiento al Código de Honor Profesional para los Periodistas, o Código Internacional' este código de Ética Periodística Como la ética profesional, y la del periodista en particular, tiene un alcance más subjetivo que otros códigos jurídicos,  ya que busca  un equilibrio entre la libertad y la responsabilidad en el ejercicio el cual dependen, no tan sólo de las decisiones conscientes de los periodistas, - sino también de la práctica de los órganos de información y del ambiente social. La ética es el camino hacer lo que es correcto.

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